El segundo caso que consterna a la Escuela Rosario Simón
Por Cecilia Sosa.
El primero fue el caso “M” que se conoció a mediados del 2016, el pequeño era amordazado y atado en su casa. Desde la escuela informaron dos veces a la Justicia, tras una tercera denuncia formulada por vecinos se lo rescató. Ahora otro caso golpea a la comunidad educativa, Florencia fue violada y asesinada por su padrastro.
En el caso de “M” los tormentos que sufría fueron detectados en un primer momento por su profesora de primer grado, Laura Torres. “Yo le comunico a la directora la situación, la directora lo comunica al Juzgado, en el Juzgado no hacen caso a la situación; le vuelvo a decir a la directora y lo comunicamos por segunda vez porque ya los signos de violencia que presentaba el niño eran muchos”.
Torres relató a elchorrillero.com que el caso de “M” pudo detectarse a tiempo porque ella es maestra de comando único. “El niño estaba las cuatro horas conmigo, ante la detección de distintos tipos de comportamientos agresivos, lo primero que hacemos es avisar al directivo y elevarle un informe, después el directivo se encarga de comunicar la situación al Juzgado”, explicó.
Según relató Laura la primera denuncia a la justicia se envió entre marzo y abril del 2016 y la segunda en mayo. Pero recién el 30 de julio el pequeño de siete años fue rescatado de su propia casa en la calle Belgrano 1642 por la denuncia que realizan unos vecinos. Sus propios padres lo mantenían cautivo, hambriento y con maltratos constantes.
A la madre de “M”, según detalla la docente, la visitó una asistente social y luego de ocurrido esto “me amenazó y me hizo una denuncia, me vino a buscar la Policía de la Comisaría Primera, como si yo fuera una delincuente, yo no entendía de qué y ahí me entero que tenía una denuncia porque según ella yo lo ataba y torturaba en el aula; por eso hay que ver el rol del maestro, a nosotros quién nos protege, vos te pensás que no tengo miedo ahora cuando salga la mamá de “M” de la cárcel que me pueda matar?”.
“Pedimos que haya más seguridad, porque las escuelas que trabajamos en comunidades complicadas como la nuestra corremos peligro los docentes y los niños, al no tener policías en la puerta, estamos realmente con temor los docentes para trabajar, necesitamos también una contención desde lo psicológico”, dijo.
Laura indicó además: “Si no denuncio me sacan del cargo y sí denuncio corro riesgo de muerte. Esto es doloroso porque los primeros que estamos en contacto con esta gente violenta y asesina somos nosotros, los maestros. Nadie nos protege de los padres violentos, estamos a la buena de Dios, hasta dónde van a seguir desprotegiéndonos, acá hay un Estado que nos tiene abandonados, nos sentimos solos, estamos vulnerados”.